La máquina aulló estridentemente al tomar una curva. Los pensamientos de aquel hombre parecieron romperse.De pronto la chica habÃa desaparecido. Era como una sombra que se esfuma pese a lo poco que andaba. Los dos hombres se miraron y luego miraron de nuevo aprensivamente aquel alargado paquete.La muchacha, mientras tanto, ya habÃa regresado a su departamento. Una lÃnea sombrÃa cruzaba su rostro a pesar del maravilloso paisaje que se divisaba más allá de la ventana. No podÃa evitarlo; desde que emprendió aquel viaje se sentÃa rodeada de muerte.Y eso que no sabÃa que la muerte acababa de golpear ya. No sabÃa que otro hombre habÃa volado al vacÃo antes de entrar para siempre en el Más Allá. Ignoraba que en este momento, desde el infinito, quizá sus ojos la estaban mirando.