Pocas veces ha habido en Estados Unidos gentes tan prodigiosamente ricas y gentes tan desesperadamente pobres como en el año de gracia de 1865. De un lado, los industriales del Norte habÃan obtenido fabulosas ganancias suministrando material de guerra y pertrechos a los ejércitos victoriosos. Los ganaderos habÃan logrado que el valor de la carne se viese multiplicado por cien, y algunos audaces navegantes nadaban literalmente en oro después de haber burlado varias veces el bloqueo de los buques nordistas. Todos esos eran felices en 1865 y veÃan en su porvenir un cielo limpio y sin nubes. Para ellos Estados Unidos eran una grande y gloriosa nación.