Héroes del Espacio Nº 23. TenÃa las palmas de las manos completamente empapadas de sudor, pero su lengua estaba seca, Rob Tower sabÃa que estaba a punto de entablar el último combate de su vida.Lo peor de todo era que no podÃa ver a sus enemigos, a menos que ellos quisieran y, como parecÃa lógico, los sirkhs no iban a dejarse ver para que él pudiera ensayar la punterÃa de su pistola.