?¿No ha venido Beatriz? ?No tardará.
Paulino Ordiozola dejóse caer en una silla junto a la mesa de la cocina y su esposa salió y regresó minutos después con las zapatillas y el batÃn.
?Gracias ?dijo el marido, procediendo a quitarse los zapatos y la americana, lo cual, a juzgar por la naturalidad de sus movimientos, era lo que hacÃa todos los dÃas?. Hace un frÃo endemoniado. Teresa recogió los zapatos y la americana y salió con ello, regresando minutos después con un periódico en la mano.
?Entretente, mientras no llega tu hija.
?¿Por qué tarda tanto?
?Hombre, las amigas...
?A las siete deja la oficina ?murmuró Paulino?. Son las nueve. No me gusta que Beatriz ande por ahà con sus amigas.
?Quizá haya subido a casa de MarÃa sin entrar aquÃ. No es la primera vez.
?Pregunta por teléfono.
Teresa se dirigió a la salita contigua y marcó un número en el aparato telefónico. Regresó de nuevo al lado de su esposo.