Marcela pensaba que un dÃa u otro tendrÃa que decirlo. No era lógico ni soportable que siguiera callando, cuando una voz interior le indicaba que abordara el tema cuanto antes. Por otra parte, una fuerza Ãntima la empujaba rotundamente a ello. SuponÃa cómo iba a ser acogida la noticia, cuando lo que esperaban de ella era una boda inminente...