Esperó todavÃa un poco más. Ahora se sentÃa más tranquila. Más segura. Desde Whitechapel Church, llegaron dos campanadas. Las tres y media. HabÃa transcurrido demasiado tiempo. Y no sucedÃa nada. Quizá se dejó impresionar tontamente, a causa de los nervios que provocó en ella su acceso de melancolÃa de aquella noche, y la siguiente disputa con el marinero.«No puede suceder nada se dijo a sà misma. Es una tonterÃa?».Se armó de valor. Arrebujóse bien en su raÃda capa. Avanzó, decidida. Asomó a la calleja para comprobar que no habÃa nadie alrededor.Un alarido terrible brotó de su garganta.Fue el último?