Casi en seguida, unos pasos se alejaron rápidamente de allÃ. Alguien corrÃa con agilidad. La niebla, la fina lluvia, la soledad se llevaron aquel sonido.Todo quedó tranquilo.En la calma augusta de Hyde Park, nadie veÃa aquel cadáver con la cabeza separada del tronco. Nadie veÃa la sangre. Nadie habÃa oÃdo los pasos ágiles que se alejaban con rapidez.Hasta que, de pronto, se oyeron unos pasos muy distintos.