Oliver Twist

Capítulo XXI

La expedición

Pocos encantos ofrecía la mañana a los dos madrugadores. Negros nubarrones obscurecían el firmamento amenazando tormenta, el viento soplaba con furia y llovía torrencialmente. La lluvia, que debía datar de muchas horas, había inundado las calles y convertido en mares los caminos.

Débiles resplandores anunciaban por Oriente la proximidad del día, pero lejos de tender a disminuir la tristeza lúgubre de la escena, contribuían a hacerla más sombría, pues aquéllos tenían intensidad lumínica bastante para debilitar la de los faroles públicos y no para inocular un átomo de vida al ambiente y menos para iluminar los húmedos tejados y las calles solitarias. Ni un alma se veía por aquel distrito de la ciudad. Todas las puertas y ventanas estaban herméticamente cerradas, el reposo era absoluto, el silencio completo.

Cuando Sikes y Oliver llegaron al camino llamado Bethnal Green, el amanecer se había declarado abiertamente.

eXTReMe Tracker