La promesa de Jesús: Su Segunda Venida

La esperanza de la segunda venida de Jesús resuena en los corazones de los creyentes. Juan 14:1-3 nos recuerda la promesa de Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón… En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis.»

Cuándo Jesús regresará: La incertidumbre de su retorno

Jesús vendrá pronto, pero nadie sabe cuándo ocurrirá. Marcos 13:32 advierte: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.» Como creyentes, debemos estar siempre preparados para la segunda venida de Jesucristo, velando y enfocándonos en Él, pues el diablo busca distraer a la humanidad de entender los tiempos y la cercanía de la venida de Jesús.

Señales de la segunda venida de Jesús: Discerniendo la verdad

En medio de la confusión y las teorías no bíblicas, es vital no dejarse engañar. Jesús advierte en Mateo 24:34-5 que no nos dejemos engañar por personas que vienen en Su nombre diciendo ser el Cristo. Nuestra única salvaguarda es ir sólo a la Biblia por respuestas.

La segunda venida de Jesús: Un evento glorioso e inconfundible

La segunda venida de Cristo será brillante, ruidosa y gloriosa. Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá.” No habrá una persona en la tierra que no esté ajena a la venida de Jesús. Mateo 24:27 describe el regreso de Cristo como un relámpago iluminando el cielo entero desde el oriente al occidente. Los versos 30 y 31 del mismo capítulo describen a Jesús viniendo con poder y gran gloria y con sonido como de trompeta.

Cómo vivir mientras esperamos: Vigilancia y oración

Los cristianos deben estar en guardia, velando y orando hasta el día del Señor. La Biblia dice en Lucas 21:34-36: “Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre ustedes, pues vendrá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes, y oren para que puedan escapar todo lo que está por suceder, y presentarse delante del Hijo del hombre.”

La gloriosa venida de Jesús: Acompañado de ángeles

Los ángeles regresarán con Jesús, y vendrán con sonido de trompeta para juntar a los que han muerto en Cristo (Mateo 16:27; 24:31; 25:31).

El destino de los justos: Resurrección y ascenso al cielo

En la segunda venida de Cristo, los justos muertos serán resucitados y llevados al cielo con los justos que estén vivos en la tierra (1 Tesalonicenses 4:16-17).

El destino de los malvados: Destrucción eterna

Los malos serán destruidos para siempre por no conocer o no obedecer el evangelio de Jesucristo el Señor (2 Tesalonicenses 1:7-10).

La final trompeta anunciará el cambio

El apóstol Pablo nos describe este misterio con estas palabras: “Y en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta. La trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y seremos transformados. Lo corruptible se convertirá en incorruptible, y lo mortal se convertirá en inmortal.” (1 Corintios 15:52-53)

Esta es la esperanza de todo cristiano: que cuando Cristo vuelva, recibiremos un cuerpo nuevo, semejante al suyo. Un cuerpo que no sufrirá más enfermedad, dolor, cansancio ni muerte. Un cuerpo que podrá disfrutar plenamente de la presencia de Dios y de sus bendiciones.

La transformación de los justos: Cuerpos inmortales

¿Cómo es posible esta transformación? ¿Qué tenemos que hacer para conseguirla? La respuesta es simple: nada. No podemos hacer nada para merecerla ni conseguirla por nuestros propios medios. Es un regalo de Dios, fruto de su gracia y amor. Él nos ha dado la victoria sobre la muerte y el pecado por medio de Jesucristo, su Hijo amado.

Así lo afirma Pablo en el siguiente versículo: “Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:57)

La transformación gloriosa es parte de la salvación que Dios nos ofrece gratuitamente. Solo tenemos que creer en Jesús como nuestro Salvador y Señor, y confiar en su obra redentora en la cruz. Él pagó el precio de nuestros pecados con su sangre, y resucitó al tercer día, demostrando su poder sobre la muerte.