La Divina Comedia

y al desaparecer el baratero,

volvió las garras a su camarada,

tal que con él se enzarzó sobre el foso.

Fue el otro gavilán bien amaestrado,

sujetándole bien, y ambos cayeron

en la mitad de aquel pantano hirviente.

Los separó el calor a toda prisa,

pero era muy difícil remontarse,

pues tenían las alas pegajosas.

Barbatiesa, enfadado cual los otros,

a cuatro hizo volar a la otra parte,

todos con grafios y muy prestamente.

Por un lado y por otro descendieron:

echaron garfios a los atrapados,

que cocidos estaban en la costra,

y asi enredados los abandonamos.

eXTReMe Tracker