donde Eteocles fue puesto con su hermano?»
Me respondió: «Allí dentro se tortura
a Ulises y a Diomedes, y así juntos
en la venganza van como en la ira;
y dentro de su llama se lamenta
del caballo el ardid, que abrió la puerta
que fue gentil semilla a los romanos.
Se llora la traición por la que, muerta,
aún Daidamia se duele por Aquiles,
y por el Paladión se halla el castigo.»
«Si pueden dentro de aquellas antorchas
hablar —le dije— pídote, maestro,
y te suplico, y valga mil mi súplica,
que no me impidas que aguardar yo pueda
a que la llama cornuda aquí llegue;
mira cómo a ellos lleva mi deseo.»
Y él me repuso: «Es digno lo que pides
de mucha loa, y yo te lo concedo;
pero procura reprimir tu lengua.
Déjame hablar a mí, pues que comprendo
lo que quieres; ya que serán esquivos
por ser griegos, tal vez, a tus palabras.»
Cuando la llama hubo llegado a donde
lugar y tiempo pareció a mi guía,
yo le escuché decir de esta manera:
«¡Oh vosotros que sois dos en un fuego,
si os merecí, mientras que estaba vivo,