De los violentos es el primer círculo;
mas como se hace fuerza a tres personas,
en tres recintos está dividido;
a Dios, y a sí, y al prójimo se puede
forzar; digo a ellos mismos y a sus cosas,
como ya claramente he de explicarte.
Muerte por fuerza y dolientes heridas
al prójimo se dan, y a sus haberes
ruinas, incendios y robos dañosos;
y así a homicidas y a los que mal hieren,
ladrones e incendiarios, atormenta
el recinto primero en varios grupos.
Puede el hombre tener violenta mano
contra él mismo y sus cosas; y es preciso
que en el segundo recinto lo purgue
el que se priva a sí de vuestro mundo,
juega y derrocha aquello que posee,
y llora allí donde debió alegrarse.
Puede hacer fuerza contra la deidad,
blasfemando, negándola en su alma,
despreciando el amor de la natura;
y el recinto menor lleva la marca
del signo de Cahors y de Sodoma,
y del que habla de Dios con menosprecio.
El fraude, que cualquier conciencia muerde,
se puede hacer a quien de uno se fía,
o a aquel que la confianza no ha mostrado.