Corazón

Medalla bien concedida

Sábado, 4

ESTA mañana vino a repartir los premios el Inspector, un señor de barba blanca y vestido de negro. Entró con el Director poco antes de terminar las clases y tomó asiento al lado del maestro. Hizo algunas preguntas y luego entregó la primera medalla a Derossi. Antes de dar la segunda, estuvo oyendo al Director y al maestro, que le hablaban en voz baja. Todos nos preguntábamos para quién sería la segunda.

El Inspector dijo en voz alta:

—Esta vez se ha hecho merecedor de la segunda medalla el alumno Pedro Precossi por lo que ha trabajado en su casa, por las lecciones, la caligrafía, el comportamiento y todo en general.

Todos miramos a Precossi, pudiéndose apreciar que aprobábamos tal distinción en la expresión de nuestros rostros. Precossi se levantó, pero estaba tan confuso que no sabía a dónde ir. El Inspector lo llamó y él salió del banco, yendo a situarse al lado del maestro.

El Inspector se fijó en la cara color de cera, en el desmedrado cuerpo enfundado en ropa no hecha a su medida de nuestro ejemplar compañero, así como en sus bondadosos y tristones ojos que rehuían enfrentarse con los suyos, dejando adivinar una historia de grandes sufrimientos. Al prenderle después la medalla en el pecho, le dijo con voz llena de cariño:

eXTReMe Tracker