Miércoles, 23
TAMBIÉN NELLI, el pobre jorobadito, estuvo mirando ayer el paso del regimiento; pero de un modo asÃ, como pensando: «¡Yo no podré nunca ser soldado!» Es un buen chico y, además, estudioso; pero demacrado y pálido, le cuesta trabajo respirar. Su madre es una señora pequeña y rubia, vestida de negro, que acostumbra a acudir a la puerta de la escuela a la salida para evitar que salga en tropel con los demás, y lo acaricia mucho.
Como tiene la desgracia de ser jorobado, muchos chicos se burlaban de él en los primeros dÃas y hasta le pegaban en la espalda con las bolsas; pero él nunca se enfadaba ni decÃa nada a su madre, para no darle el disgusto de saber que su hijo era objeto de burla por parte de sus compañeros. Se mofaban de él y el pobre chico sufrÃa y lloraba en silencio, apoyando la frente sobre el banco.
Pero una mañana se levantó Garrone y dijo:
—¡Al primero que toque a Nelli o se meta con él, le doy un tortazo que le hago rodar por el suelo!
Franti no hizo caso; Garrone le propinó un tortazo y el burlador dio tres vueltas sobre el pavimento. A partir de entonces, nadie se metió con el jorobadito.