como de los acechadores de rostros ocultos,
cuando con apariencia de dioses,
se disimulan, el séptimo día de las Fiestas
en el templo del dios del Norte!
Ciertamente, parece que sus lazos están calculados para toda la eternidad
y sus cuerdas para aguantar por siempre…
Desde aquí percibo a un demonio;
su sombra etérea, sedienta y peligrosa,
maniobra en el Valle de las Tumbas…
Yo sé: que los que renacen de la muerte
se arriesgan a morir en los lazos de este demonio…
Pero yo he nacido para el mundo del Más Allá
con la forma de un Espíritu santificado lleno de vida…
¡Salve, oh Iniciados que moráis bajo la Tierra!
¡Aniquilad y estirpad el Mal que se apega a mi persona!
¡Oh Ra!, ¡déjame admirar tu disco de Fuego!
¡Ayúdame en mi lucha contra mis enemigos!
¡Déjame justificarme ante el Tribunal divino
presidido por la Gran Divinidad!
Pero si te niegas y me impides
que triunfe de mis enemigos
y de que me justifique delante del Tribunal divino,