PARA ABRIRSE CAMINO EN EL MUNDO INFERIOR
¡Salve, oh Señores de la Ordenación de los Mundos,
vosotros que, libres del Mal y de Castigos,
permanecéis en la Eternidad de la Infinita Duración.
Yo sigo la Vía que me llevará a vosotros.
Yo, Espíritu santificado, transito todas las Formas del Devenir.
Mi Verbo mágico me da el poder;
y fui juzgado y santificado.
Libradme pues de los demonios de cabeza de Cocodrilo
que se esconden en estas Regiones
y frecuentan la Comarca de la Verdad y la Justicia.
¡Dad a mi Boca la Palabra de Potencia!
Que las ofrendas sean colocadas en mis manos,
¡Delante de vosotros!, porque yo os conozco y conozco a Vuestros Nombres:
conozco, sí, el Nombre de ese Dios Grande.
Dad una ofrenda a ese Espíritu
que abre la Vía en el Horizonte Oriental del Cielo
y baja planeando hacia el Horizonte Occidental.
Viene hacia mí resuelto a volverme vigoroso,