PARA PODER CONDUCIR UNA BARCA EN EL MÁS ALLÁ
¡Salve, oh Estrellas de la Cadera[131],
vosotras que resplandecéis en el Cielo Boreal,
en medio del Gran Lago!
Vosotras que sois testigo de mi muerte,
¡Mirad!… Me presento ante vosotras
con la corona de un dios sobre mi cabeza…
He aquí que, después de haber traspasado el Portal de la Muerte,
me incorporo ante vosotras coronado lo mismo que un dios…
Mis poderosas alas me llevan más lejos…
De mi pecho sale
un grito agudo, similar al grito de un ganso salvaje.
Igual que un halcón planeo por encima de las nubes.
Yo vago por los inmensos Espacios de la Tierra y del Cielo.
Ya que habiéndome entrenado Shu,
me dotó de un vigor nuevo.
He aquí que los Espíritus luminosos,
en hilera a los costados de la Escalera del Cielo,
me marcan el camino; y los Planetas, en su curso
me transportan lejos de los lugares de las matanzas.