¡Señor de todos los dioses y todas las diosas!
Eres poderoso junto a Aquel cuyo Nombre está oculto y
nunca es revelado a las demás divinidades…
¡Salve, Guardianes de los Umbrales! ¡Salve!
Vosotros que dais castigo a las Almas y devoráis cadáveres;
que guiáis a la Verdad-Justicia hacia el Alma divina
que librados de todo Mal, habitáis en el Akert[164]
¡No me dejéis sin vuestra protección
para que no sea aniquilado!
Vosotros que lleváis la Verdad-Justicia
hacia ese Ser perfecto y misterioso
que habita en el Mundo Inferior,
ese ser cuya Alma, igual a la de Ra, es proclamado ¡Osiris!
Enseñadme el Camino, abrid las Puertas
de la Mansión de Kerti ante mí.
¡Porque vosotros sois los que me hacéis triunfar ante mis enemigos!
¡Que el Guardián de la Puerta me enseñe las ofrendas
que coloque en mi cabeza la corona de Nemmes,
atributo de Aquel que habita en el santuario oculto!