Gracias a él y gracias a tu Doble
tu mano consigue alcanzar el Horizonte del Cielo…
Osiris hace reinar la Noche
mientras tú entras en la Región de la Vida.
En tu frente se fija una diadema centelleante de blancura.
Eres acompañado por el dios Nemú;
te obsequia pájaros encantadores.
He aquí que tu Cuerpo se acomoda sobre tu lecho de muerte;
es Ra, navegando en su Barca, sobre el Horizonte oculto,
quien te pone de pie,
mientras Tum, el padre de los dioses, te restablece para siempre.
Los dioses Amsú, Kebti y los otros dioses
te glorifican en sus santuarios.
Tú avanzas en paz; y es en paz que te diriges
hacia la mansión de la Eternidad,
hacia tu morada del Tiempo sin Límites.
Los Espíritus de Pe y de Dep te reciben con alegría…
Los coros de los Espíritus ensalzan tu poder,
frente al Santuario tan grato a tu Doble etérico,
en la santa Mansión que moras…
Los dioses te reciben con los brazos abiertos;