allá abajo conocerás el principio y el fin…
¡Te están llamando!
La visión de tu esplendor les regocija;
siguen atentamente los progresos de tu divinidad
entre los Espíritus de Heliópolis…
Tú caminas con los rasgos de tu Cuerpo Glorioso
transitas el gran Camino del Cielo.
Recibes en tus brazos bien tendidos
las ofrendas sepulcrales de tu Padre divino.
Te ofrecen lino fino para que uses todos los días,
mientras tú, en tu calidad de dios nuevo,
franqueas el Portal del Gran Templo.
IX
… ¡Te están llamando! ¿Oyes?
¡Aquí tienes la novena Sala!
Encuentro aquí aire puro para las ventanas de mi nariz,
cincuenta cestas con bellas y puras ofrendas
y mil ánsares…
Tus enemigos, en verdad,
fueron derrotados para toda la Eternidad que vendrá…