El libro egipcio de los muertos

No percibo por ningún lado, ni tampoco se adivina en las tinieblas,

otra cosa sino abismos y precipicios…

¡Qué oscuridad impenetrable!

Mis pasos exploran con titubeos el camino

y avanzo a tientas;

alrededor de mí se siente pensar a las Almas desgraciadas…

Es imposible, en verdad, vivir en este lugar con paz de espíritu

ni conocer las voluptuosidades del amor.

¡Ojalá encuentre,

a falta de aire y de agua, y a falta de los placeres del amor,

la santificación de mi espíritu! ¡Y también, a falta de panes sepulcrales y de vino,

la paz para mi Espíritu!

Heme aquí que recibo una orden de Tum:

debo mirar, inmóvil, tu rostro, ¡oh Thoth!

¡No seas, entonces ni muy duro ni muy cruel conmigo!

, Observa, por incontables años por venir,

todos los dioses ponen en tus manos sus tronos,

para que tú, ¡oh Thoth! dispongas de ellos,

tu propio trono sea entregado a tu Hijo Horus.

Porque las grandes divinidades enviaron a Horus

para que tome posesión de su Trono,

eXTReMe Tracker