y me adueño de las armas de los demonios.
Isis y Neftis dan a mi vida dulzura y dicha.
En Kher-aha y en Iunu[38]
Dirijo el acaecer de las cosas a mi capricho.
Doy miedo a todas las deidades;
porque yo soy muy grande;
¡Mi autoridad es enorme!
Arrojo mis flechas contra todos los que blasfeman;
vivo como me parece:
pues yo soy la diosa Uadjit, dueña de la Llama[39],
¡Ay de los que se subleven contra mí!