de modo que pueda mantenerme erguido!
¡Que pueda la diosa Sekhmet conducirme al Cielo!
¡Que los secretos me sean revelados en Menfis!
¡Mi saber visionario lo doy a mi Corazón «ib»;
mi poder mágico lo doy a mi Corazón «hati».
Yo dirijo a mis dos brazos y mis dos piernas me obedecen.
En verdad, ¡puedo cumplir con la voluntad de mi Ka!
Mi Alma no será aprisionada en mi cadáver
ante las Puertas del Más Allá;
así podré entrar y salir en paz.