Los Lanzallamas

DÍA DOMINGO

EL ENIGMÁTICO VISITANTE

Pocas veces Erdosain retrocedía a los tiempos de su infancia. Ello quizá se debiera a que su niñez había transcurrido sin los juegos que le son propios, junto a un padre cruel y despótico que lo castigaba duramente por la falta más insignificante.

Remo había vivido casi una infancia aislada. Comenzó a estar triste ―la criatura en esos tiempos no podía definir como tristeza aquel sentimiento que lo arrinconaba solitario en algún ángulo de la casa― a la edad de siete años. Debido a su carácter huraño, no podía mantener relaciones con otros chicos de su edad. Rápidamente éstas degeneraban en riñas. Su exceso de sensibilidad no toleraba bromas. Cualquier palabra un poco disonante hacía sufrir indeciblemente a esta criatura taciturna. 






eXTReMe Tracker