Meditaciones

LIBRO VI

1. La sustancia del conjunto universal es dócil y maleable. Y la razón que la gobierna no tiene en sí ningún motivo para hacer mal, pues no tiene maldad, y ni hace mal alguno ni nada recibe mal de aquélla. Todo se origina y llega a su término de acuerdo con ella.

2. Sea indiferente para ti pasar frío o calor, si cumples con tu deber, pasar la noche en vela o saciarte de dormir, ser criticado o elogiado, morir o hacer otra cosa. Pues una de las acciones de la vida es también aquella por la cual morimos. En efecto, basta también para este acto «disponer bien el presente».

3. Mira el interior; que de ninguna cosa te escape ni su peculiar cualidad ni su mérito.

4. Todas las cosas que existen rapidísimamente se transformarán y, o se evaporarán, si la sustancia es una, o se dispersarán.

5. La razón que gobierna sabe cómo se encuentra, qué hace y sobre qué materia.

6. La mejor manera de defenderte es no asimilarte a ellos.

7. Regocíjate y descansa en una sola cosa: en pasar de una acción útil a la sociedad a otra acción útil a la sociedad, teniendo siempre presente a Dios.

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