Orgullo y prejuicio

CAPÍTULO XXXIX

En la segunda semana de mayo, las tres muchachas partieron juntas de Gracechurch Street, en dirección a la ciudad de ― ― ― , en Hertfordshire. Al llegar cerca de la posada en donde tenía que esperarlas el coche del señor Bennet, vieron en seguida, como una prueba de la puntualidad de cochero, a Catherine y a Lydia que estaban al acecho en el comedor del piso superior. Habían pasado casi una hora en el lugar felizmente ocupadas en visitar la sombrerería de enfrente, en contemplar al centinela de guardia y en aliñar una ensalada de pepino.

Después de dar la bienvenida a sus hermanas les mostraron triunfalmente una mesa dispuesta con todo el fiambre que puede hallarse normalmente en la despensa de una posada y exclamaron:

―¿No es estupendo? ¿No es una sorpresa agradable?

―Queremos convidaros a todas ―añadió Lydia―; pero tendréis que prestarnos el dinero, porque acabamos de gastar el nuestro en la tienda de ahí fuera.

Y, enseñando sus compras, agregó:

―Mirad qué sombrero me he comprado. No creo que sea muy bonito, pero pensé que lo mismo daba comprarlo que no; lo desharé en cuanto lleguemos a casa y veré si puedo mejorarlo algo.

eXTReMe Tracker