Peter Pan

Incluso la garra de hierro colgaba inerte, como si supiera que no era parte intrínseca de lo que quería el atacante. De haberse quedado tan tremendamente solo, cualquier otro hombre habría yacido con los ojos cerrados en el lugar donde cayera, pero el poderoso cerebro de Garfio seguía funcionando y guiado por él se arrastró a cuatro patas por la cubierta alejándose todo lo que pudo del ruido. Los piratas le abrieron paso respetuosamente y sólo cuando se vio arrinconado contra las cuadernas habló.

—Escondedme —gritó roncamente.

Se apiñaron en torno a él, apartando los ojos de lo que estaba subiendo a bordo. No se les ocurrió luchar contra ello. Era el Destino.

Sólo cuando Garfio quedó oculto la curiosidad aflojó los miembros de los chicos y así pudieron correr hasta el costado del barco para ver al cocodrilo trepando por él. Entonces se llevaron la sorpresa mayor de la Noche entre las Noches, pues no era ningún cocodrilo lo que venía en su ayuda. Era Peter.

Les hizo señas para que no soltaran ningún grito de admiración que pudiera levantar sospechas. Luego siguió haciendo tic tac.

eXTReMe Tracker