Peter Pan

Sin pararse a pensar en lo que podría sentir un prójimo privado tan bruscamente de su compañero más íntimo, Peter se puso a pensar al momento en cómo podría aprovecharse de la catástrofe y decidió hacer tic tac, para que los animales salvajes creyeran que era el cocodrilo y lo dejaran pasar sin molestarlo. Hizo tic tac magníficamente, pero con un resultado insospechado. El cocodrilo estaba entre los que oyeron el sonido y se puso a seguirlo, aunque ya fuera con el propósito de recuperar lo que había perdido, ya fuera simplemente como amigo creyendo que había vuelto a hacer tic tac por su cuenta, es algo que jamás sabremos con certeza, pues, como todos los que son esclavos de una idea fija, era un animal estúpido.

Peter llegó a la playa sin problemas y siguió adelante sin pararse, metiendo las piernas en el agua como si no se diera cuenta de que había entrado en un elemento nuevo. De esta forma pasan muchos animales de la tierra al agua, pero ningún otro humano que yo conozca. Mientras nadaba sólo pensaba en una cosa: «Esta vez o Garfio o yo». Llevaba tanto tiempo haciendo tic tac que seguía haciéndolo sin percatarse de ello. Si lo hubiera sabido se habría parado, ya que subir al bergantín con ayuda del tic tac, aunque era una idea ingeniosa, no se le había ocurrido.

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