La barra de los tres golpes

A Varone le llamaban, además de "Bosque dormido" y "la bella durmiente del bosque", "Monseñor Varone", "Padre Varone" y 'Cura párroco de la 'Barra' ". Fanático católico, la palabra del sacerdote era para él la ley y no admitía que pudiera existir un cura que no fuera el "summum" de la virtud. Regido por el dogma, en las discusiones deshacían fácilmente su argumentación porque no tenía base racional en la formulación de los juicios.

Empero esa diversidad de tendencias no impedía que Varone, ya fuera "el cura párroco" o "el bosque dormido", mereciera la solidaridad que sentían en la "Barra" por todos sus integrantes. De modo que, concluída o no la discusión, la paz renacía, la concordia reinaba y todos jaraneaban entusiasmados, coincidiendo en las mismas aventuras.

En las controversias en clase el Dr. Bottini mantenía una cómoda imparcialidad y no orientaba los debates con sus conocimientos, como hubiera sido interesante para una mejor comprensión de los problemas. Solía formular invitaciones a sus alumnos cuando daba conferencias, o les encargaba traducciones a los expertos en idiomas. A Souza lo requería por su dominio de inglés y francés, a Oberdan por el de italiano, etc.

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