El último de los Mohicanos

La cruel matanza aún no había terminado. Por todas partes los asaltados huían de sus implacables perseguidores, mientras que las columnas armadas del rey cristiano se quedaron inmóviles ante los acontecimientos; algo que nunca ha sido explicado y que ha dejado una mancha imborrable en la que hubiera sido la reputación intachable de su líder. La espada de la muerte siguió segando vidas hasta que se llegó al hastío. Entonces, por fin se oyeron menos gritos de moribundos y menos alaridos de asesinos, y los horrorizados lamentos ya no hacían mella en los oídos de las tropas, cuando no eran acalladas por los triunfantes gritos de los salvajes[24].











eXTReMe Tracker