Oliver Twist

Tal odio, tanta ferocidad destilaban las palabras de aquel hombre, que despertó Oliver y se levantó sobresaltado.

¡Cielo santo! ¿Qué fue lo que vieron sus ojos, para que toda su sangre afluyese a su corazón y quedara privado de voz y de movimiento? ¡Allí… sobre la ventana, apoyados sobre el alféizar, tan cerca que hubiera podido tocarlos con la mano antes de retroceder presa de horrible pánico, fijos los ojos en el interior del cuartito estaban el mismísimo judío en persona, y a su lado, blanco de cólera, trémulo de rabia o de miedo, quién sabe si de ambas cosas, el desconocido de aspecto amenazador con quien tropezara días antes en la posada!

La visión no duró más que un instante; cruzó ante sus ojos como un relámpago, y se borró: pero los intrusos habían reconocido a Oliver y Oliver les había reconocido a su vez, pues sus fisonomías estaban grabadas en su memoria tan indeleblemente cual si con buril las hubieran esculpido en duro mármol. El infeliz Oliver quedó inmóvil durante breves segundos, y luego saltó por la ventana al jardín, y comenzó a pedir socorro con todas sus fuerzas.


eXTReMe Tracker