Tiempos difíciles

Aunque el verde panorama hallábase emborronado aquí y allá por montones de carbón, era, no obstante, verde; descubríanse árboles en él; las calandrias cantaban, a pesar de ser domingo; el aire estaba embalsamado de aromas y un cielo azul y luminoso formaba bóveda por encima de todo. A un lado y a lo lejos, Coketown se mostraba como una masa de negra niebla; de otro lado, arrancaba una línea, ascendente de colinas, y en un tercer lado dintinguíase un suave cambio en la tonalidad del cielo, porque allí se reflejaba sobre un mar lejano. Sentían bajo sus pies la hierba fresca, y sobre la hierba las sombras magníficas que con estremecimientos y espejeos proyectaban las ramas; los setos vivos mostraban una vegetación exuberante y la calma reinaba sobre todas las cosas. También estaban en calma las máquinas de las bocaminas y los caballos viejos y flacos que habían cerrado dentro de la tierra del círculo de su diario trabajo; las ruedas habían dejado de girar por un corto espacio de tiempo; hasta la gran rueda del globo terráqueo parecía girar sin el estrépito y los sobresaltos de otros días.





eXTReMe Tracker