Tiempos difíciles

-¡Chist Basta. No vuelvas a hablar jamás de tan dañosas tonterías. Bounderby, he aquí un caso que exigirá una educación rigurosa, y que yo seguiré con mucho interés.

-Está bien - le contestó el señor Bounderby-. Os he dado ya mi opinión. Yo no lo habría hecho; pero ¡bien está, bien está! Puesto que os sentís inclinado a hacerlo, bien está.

El señor Gradgrind y su hija condujeron, pues, a Cecilia Jupe al Palacio de Piedra. Luisa no habló por el camino una sola palabra, ni buena ni mala. El señor Bounderby salió para sus diarias ocupaciones, y la señora Sparsit, encastillada detrás de sus pestañas, se pasó la tarde meditando, envuelta en la oscuridad de aquel encierro. 






eXTReMe Tracker