Hipólito Kirillovitch había escogido, evidentemente, el método de exposición rigurosamente histórica preferido por todos los oradores nerviosos, los cuales procuran desenvolverse en ámbitos limitados a fin de poner freno a su fogosidad.
Al llegar a este punto de su discurso, habló extensamente del primer amante,
«cuyo derecho es indiscutible», y expuso una serie de ideas interesantes.
Karamazov, celoso de todos hasta la ferocidad, se retira y desaparece ante el primer amante, «el indiscutible».