EL estudio de la neurosis infantiles nos ha revelado que en ellas se hace perceptible o simple a la vista lo que más tarde sólo una detenida y penetrante investigación logra descubrir. Algo semejante habremos de esperar de las enfermedades neuróticas de siglos pretéritos, a condición de hallarnos preparados a encontrarlas bajo rótulos distintos de los que designan a nuestras neurosis actuales. No deberemos asombrarnos de que las neurosis de estos tiempos antiguos aparezcan bajo vestiduras demonológicas, en tanto que las de nuestra época actual, antipsicológica, revisten aspectos hipocondríacos, mostrándose disfrazadas de enfermedades orgánicas. Varios autores, Charcot entre ellos, han reconocido en las representaciones plásticas de la posesión y del éxtasis que el arte nos ha legado las manifestaciones de la histeria. No habría sido tampoco difícil hallar de nuevo en los historiales de tales enfermos los contenidos de la neurosis si tan sólo se les hubiera consagrado a su tiempo atención suficiente.