Los trabajos y los días

Entonces será cuando, en busca del Olimpo, abandonando la Tierra de vastas rutas, en blancos velos envueltos sus hermosos cuerpos, Conciencia y Vergüenza subirán junto a la progenie de los Inmortales, huyendo de los hombres.

Solo tristes dolores quedarán para humanos mortales: contra el mal no habrá defensa (62).

4. EL GAVILÁN Y EL RUISEÑOR. JUSTICIA E INJUSTICIA

Ahora contaré una fábula a los reyes, aunque también ellos sean sensatos.

Ved cómo hablaba un gavilán a un ruiseñor de moteado cuello (63), al que llevaba bien alto, entre nubes, apresándolo en sus garras. Y él, traspasado por las corvas uñas, gemía lastimeramente; el gavilán con altivo tono le dijo estas palabras:

"Infeliz, ¿por qué chillas? Te tiene alguien mucho más fuerte que tú. Irás allí donde yo te lleve, por muy cantor que seas. Contigo haré mi cena, o te soltaré, según me plazca. ¡Insensato, el que pretende medir su fuerza con quienes son superiores a él! Privado se ve de la victoria, y a más de infamias, sufre dolores" (64).

Así dijo el gavilán de raudo vuelo, el ave de alas extendidas.

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