Los Miserables - Parte 3

Capítulo 14 El niño que lloraba en la segunda parte

Al día siguiente, un niño caminaba en dirección a Fontainebleau. Era noche oscura. El muchacho era pálido, flaco; iba vestido de harapos, con un pantalón de lienzo en pleno invierno, y cantaba a voz en grito.

En la esquina de la calle del Petit-Banquier, una vieja encorvada rebuscaba en un montón de basura, a la luz del farol. El niño la empujó al pasar, y luego retrocedió, exclamando en tono burlón:

- ¡Qué te parece! ¡Y yo que había tomado esto por un perro enorme, ENORME!

La vieja, sofocada de indignación, se levantó, y el resplandor de la luz dio de lleno en su cara angulosa y arrugada, con patas de gallo que le bajaban casi hasta la boca. El cuerpo se perdía en la sombra, y sólo se veía la cabeza. Hubiérase dicho que era la máscara de la decrepitud dibujada por una luz en la noche.

El niño la miró atentamente.

- Esta señora -dijo- no es mi tipo de belleza.

Y prosiguió su camino, cantando:

Mambrú se fue a la guerra montado en una perra. Mambrú se fue a la guerra no sé cuándo vendrá.

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