El Castillo

—Sólo aspiro a vestirme bien y tú eres o un loco o un niño o un hombre muy malo y muy peligroso. ¡Vete, vete ya!

K ya estaba en el pasillo y Gerstäcker le volvía a coger del brazo, cuando la posadera gritó:

—¡Mañana recibo un vestido nuevo, quizá te llame!

FIN











eXTReMe Tracker