El sábado por la mañana, al llegar a su despacho, los directores encontraron una doble carta del F. de la Ó. que rezaba así:
Estimados directores.
¿Me han declarado acaso la guerra?
Si quieren reencontrar la paz, éste es mi ultimátum.
Contiene de las cuatro siguientes condiciones.
1.º Devolverme mi palco, y quiero que sea puesto a mi libre disposición a partir de este momento.
2.º El papel de «Margarita» lo cantará esta noche Christine Daaé. No se preocupen de la Carlotta, que estará enferma.
3.º Exijo los buenos y leales servicios de la señora Giry, mi acomodadora, a la que reintegrarán inmediatamente a sus funciones.
4.º Espero me comuniquen, mediante una carta entregada a la señora Giry, quien me la hará llegar, si aceptan ustedes, como sus predecesores, el pliego de condiciones referente a mi pago mensual. Les informaré más adelante de cómo habrá de efectuarse.
De lo contrario, esta noche representarán Fausto en una sala maldita. A buen entendedor… ¡Saludos!