El Fantasma de la Ópera

—Sin embargo, ¡no se rapta a una cantante en el escenario todos los días! —exclama Gabriel.

—¿Les ha gritado usted eso? —pregunta Mercier.

—Ahora mismo vuelvo —dice Rémy y desaparece corriendo. En aquel momento aparece el regidor.

—Y bien, señor Mercier, ¿viene usted? ¿Qué hacen aquí ustedes dos? Lo necesitamos, señor administrador.

—No quiero hacer nada ni saber nada antes de que llegue el comisario —declara Mercier—. He mandado buscar a Mifroid. ¡Cuando llegue, ya veremos!

—Y yo le digo que hay que bajar inmediatamente al registro[18].

—No antes de que llegue el comisario…

—Yo ya he bajado al registro.

—¡Ah! ¿Y qué ha visto?

—¡Pues bien, no he visto a nadie! ¿Me entiende bien? ¡A nadie!

—¿Y qué quiere usted que haga yo allí?

—¡Evidentemente! —contesta el regidor, que se pasa frenéticamente las manos por un mechón rebelde—. ¡Evidentemente! Pero quizá si hubiera alguien en el registro, podría explicarnos cómo se han apagado tan de pronto las luces en el escenario. Y, Mauclair no está en ninguna parte, ¿entiende?

Mauclair era el jefe de iluminación, o sea el responsable del día y la noche en el escenario de la ópera.

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