Así habló Zaratustra

Pero su aliento es cálido, lo siento. Y siento también que sueña. Y soñando se retuerce sobre duras almohadas.

¡Escucha! ¡Escucha! ¡Cómo gime el mar a causa de recuerdos malvados! ¿O tal vez a causa de expectativas malvadas?

Ay, triste estoy contigo, oscuro monstruo, y enojado conmigo mismo por tu causa.

¡Ay, por qué no tendrá mi mano bastante fortaleza! ¡En verdad, me gustaría redimirte de sueños malvados! –

Y mientras Zaratustra hablaba así, se reía de sí mismo con melancolía y amargura. «¡Cómo! ¡Zaratustra!, dijo, ¿quieres consolar todavía al mar cantando?

¡Ay, Zaratustra, necio rico en amor, sobrebienaventurado de confianza! Pero así has sido siempre: siempre te has acercado confiado a todo lo horrible.

Has querido incluso acariciar a todos los monstruos. Un vaho de cálida respiración, un poco de suave vello en las garras –: y en seguida estabas dispuesto a amar y a atraer.

El amor es el peligro del más solitario, el amor a todas las cosas, ¡con tal de que vivan! ¡De risa son, en verdad, mi necedad y mi modestia en el amor!». –

eXTReMe Tracker