EL JEFE DE LOS PIRATAS DEL BUTU脕N
Cuando la china volvi贸 en s铆, hall贸se, con gran sorpresa, en una especie de camarote de dos metros cuadrados, con paredes cubiertas de esterillas pintadas de vivos colores. Estaba tendida en un gran sof谩 de seda carmes铆, en el centro del camarote, y ten铆a a煤n los vestidos empapados de agua, pero no o铆a ni las descargas de fusiler铆a ni los aullidos de los piratas. S贸lo llegaba a sus o铆dos el ruido de un remar acompasado y r谩pido que deb铆a hacer volar sobre el r铆o al barco en que iba.
Estupefacta en extremo, sent贸se en el lecho y observ贸 que la embarcaci贸n se balanceaba mucho, como si remontase r谩pida corriente o navegase en el mar.
鈥斅緿贸nde estoy? 鈥攅xclam贸鈥. 驴Qu茅 ha sucedido?鈥
Una risita sard贸nica que oy贸 en el 谩ngulo m谩s obscuro del camarote le advirti贸 de que alguien la vigilaba. Volvi贸se, y un grito de estupor se escap贸 de sus labios. Un malayo, con los brazos cruzados y los ojos puestos en ella, estaba all铆; a la primera mirada lo reconoci贸.
鈥斅煤! 鈥攅xclam贸鈥. 隆El pescador!鈥