LA PANTERA NEGRA
La pantera estaba bien muerta; una bala le entr贸 por la boca y le destroz贸 el cr谩neo; la otra le hiri贸 una pata y le penetr贸 en el pecho. Era un espl茅ndido animal, de treinta a treinta y cinco kilogramos de peso, de pelaje sedoso y brillante, y dotado de potentes u帽as de cinco a seis cent铆metros de largo.
Hong, una vez convencido de su muerte, la arrastr贸 hacia la caba帽a cogi茅ndola por la cola, para despellejarla y ofrecer su piel como alfombra magn铆fica a su prometida.
鈥斅緾rees que pasaremos la noche tranquilos? 鈥攑regunt贸 a Pram-Li.
鈥擟reo que no se atrever谩 a atacarnos, pues, aunque son muy audaces, se habr谩 dado cuenta de que no somos hombres que nos dejamos devorar como pollos o monos inofensivos.
鈥擜poya la cabeza en esta almohada 鈥攄ijo Hong a su novia indic谩ndole el cad谩ver de la pantera鈥. Estar谩s m谩s c贸moda que sobre las hojas.
鈥擫a aprovechar茅: es una almohada que me ha costado no poca fatiga y emoci贸n.
鈥擳e creo; son animales temibles y estoy seguro de que ninguna mujer se hubiera atrevido a arrostrar una lucha con semejante fiera. Te lo afirmo, y 茅ste es el mejor elogio que puede hacerse de tu valor: 隆eres digna hermana del h茅roe mong贸lico!