Tres dÃas después de los acontecimientos narrados, dos canoas se alejaban de la aldea del jefe igorrote con rumbo hacia la costa septentrional del lago Linguasán. En la primera, iban Than-Kiu, Hong, Pram-Li y Sheu-Kin; en la segunda, Teresita, Romero y los dos marineros de la cañonera. Bunga habÃa abastecido a los viajeros de vÃveres suficientes, regalando fusiles, bolos y municiones a los españoles.
Tiguma se habÃa quedado en la aldea aguardando la oportunidad de volver por el Bacat a su pueblo, donde le esperaba su esposa.
Las dos canoas llegaron después de treinta horas de navegación a rÃo Grande, caudaloso rÃo que sirve de desagüe al Linguasán, y que va a desembocar en el mar cerca de Costabado, capital del sultanato de Salingán.
La travesÃa del rÃo se verificó sin incidentes; pero, durante los doce dÃas que duró, los dos grupos se mantuvieron alejados entre sÃ, acampando a distancia. Hong por celos de Romero, y Teresa por celos de Than-Kiu habÃan impuesto esa condición, no admitiendo la unión de todas las fuerzas, sino en caso de peligro.