Entran [LANZAROTE el] gracioso y YÉSICA.
LANZAROTE
Pues sí, porque, mira, los pecados del padre recaen sobre los hijos, así que temo por ti. Siempre te he sido sincero y ahora te digo lo que he recogitado. Conque ánimo, porque de veras creo que te condenas. Solo hay una esperanza que te sirva, pero es una esperanza bastarda.
YÉSICA
¿Y qué esperanza es esa?
LANZAROTE
Pues la de que no te hubiera engendrado tu padre y no ser la hija del judío.
YÉSICA
Esa sí que sería una esperanza bastarda, pues recaerían sobre mí los pecados de mi madre.
LANZAROTE
Entonces mucho me temo que te vas a condenar por padre y madre. Pues si me aparto de Escila, tu padre, doy en Caribdis[44], tu madre. En fin, estás perdida en ambos casos.
YÉSICA
Me salvaré por mi esposo, que me ha hecho cristiana.
LANZAROTE