Entra PORCIA con su dama de compañía, NERISA.
PORCIA
Te aseguro, Nerisa, que mi pequeña persona está cansada de este gran mundo.
NERISA
Mi querida señora, lo estaríais si vuestra desgracia llegase a la altura de vuestra fortuna. Por lo que veo, tanto enferma el que se harta como el que no come. Así que no es poca virtud encontrar el justo medio: el exceso envejece muy pronto; la templanza da más vida.
PORCIA
Buenos aforismos y bien formulados.
NERISA
Mejores serán si los observamos.
PORCIA