El Rey Lear

EDGARDO.—En efecto, sucumbió.

EL CONDE DE KENT.—Me admira que haya podido sufrir tan largo tiempo. Ya no hacía más que usurpar la vida; cada nuevo día que vivía, lo robaba a la muerte.

EL DUQUE DE ALBANIA.—Sacad esos cuerpos de este sitio; la desventura común reclama mis cuidados. (A EDGARDO y al CONDE de KENT.) Vosotros, amigos de mi corazón, regentead entre ambos estos estados, y sed los restauradores de este reino ensangrentado.

EL CONDE DE KENT.—He de emprender muy pronto un largo viaje; mi señor me llama, y no puedo negarme a seguirle.

EL DUQUE DE ALBANIA.—A pesar nuestro, hay que ceder a la necesidad de estos tiempos desastrosos. Derramemos los sentimientos de nuestros corazones, sin permitirnos murmuraciones ni reflexiones amargas. El más viejo de nosotros era el que ha sufrido más. Nosotros, que somos jóvenes, jamás veremos tantos males, ni tantos días.

Salen, al son de una marcha fúnebre.

FIN

eXTReMe Tracker