Hamlet

LAERTES.— Sí, y en tanto yo he perdido a un ilustre padre y hallo a una hermana en la más deplorable situación… Mi hermana, cuyo mérito (si alcanza el elogio a lo que ya no existe) se levantó sobre lo más sublime de su siglo, por las raras prendas que en ella se admiraron juntas… Pero llegará, llegará el tiempo de mi venganza.

CLAUDIO.— Ese cuidado no debe interrumpirte el sueño, ni has de presumir que yo esté formado de materia tan insensible y dura que me deje remesar la barba y lo tome a fiesta… Presto te informaré de lo demás. Basta decirte que amé a tu padre, que nosotros nos amamos también y que espero darte a conocer la… Pero ¿qué noticias traes?

Escena XXII

Claudio, Laertes, un Guardia.

GUARDIA.— Señor, veis aquí cartas del príncipe: esta para Vuestra Majestad y esta para la reina.

Da unas cartas a Claudio.

CLAUDIO.— ¡De Hamlet! ¿Quién las ha traído?

GUARDIA.— Dicen que unos marineros, yo no los he visto. Horacio, que las recibió del que las trajo, es el que me las ha entregado a mí.

CLAUDIO.— Oirás lo que dicen, Laertes. Déjanos solos.

Escena XXIII

Claudio, Laertes.

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