Hamlet

POLONIO.— Paséate por aquí, Ofelia. Si Vuestra Majestad gusta, podemos ya ocultarnos. [Dándole un libro] Haz que lees en este libro; esta ocupación disculpará la soledad del sitio… ¡Materia es, por cierto, en que tenemos mucho de que acusarnos! ¡Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas, engañamos al diablo mismo!

CLAUDIO.— [Aparte] Demasiado cierto es… ¡Qué cruelmente ha herido esa reflexión mi conciencia! El rostro de la meretriz, hermoseada con el arte, no es más feo despojado de los afeites que lo es mi delito disimulado en palabras traidoras. ¡Oh! ¡Qué pesada carga me oprime!

POLONIO.— Ya le siento llegar; señor, conviene retirarnos.

Escena IV

HAMLET, Ofelia. Hamlet dice el monólogo creyéndose solo.

OFELIA, a un extremo del teatro, lee.

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