La fierecilla domada

¡Cómo! ¿No obedeces? Pues bien, granuja, puesto que no quieres golpear, yo lo haré por ti. Vamos a ver si sabes o no solfear y cantar. (Le tira de las orejas.)

GRUMIO:

¡Socorro! ¡Socorro! ¡Mi amo se ha vuelto loco!

PETRUCHIO:

Esto te enseñará a golpear cuando yo te lo mando, ¡idiota!, ¡bribón! (Hortensio abre su puerta.)

HORTENSIO:

¿Qué pasa? ¿Qué ocurre aquí? ¡Pero si son Grumio y mi muy querido Petruchio! ¿Cómo estáis todos allá por Verona?

PETRUCHIO:

Llegas, mi buen Hortensio, a punto para poner fin a la batalla. Con tutto il cuore, ben trovato, puedo decirlo.

HORTENSIO:

Alla nostra casa ben venuto, molto honorato signor mio Petruchio. Levántate, Grumio, levántate. Ya arreglaremos esta cuestión.

GRUMIO:

eXTReMe Tracker